COMENTARIO
El capitulo 43 de Génesis nos relata el regreso de los hermanos de José a Egipto y su encuentro con Benjamín. Recordemos que luego de su primer encuentro con José, había quedado Simeón como prisionero, y los demás hermanos habían vuelto a Canaán, para su sorpresa con el dinero que habían pagado por el alimento devuelto en sus costales. Cuando llegan a Canaán le dan a conocer a Jacob sobre lo acontecido en Egipto y como el gobernador de esa tierra, los había tratado ásperamente y acusado de espías, con la advertencia de que solo volverían a poder comercializar en Egipto y lograr la libertad de Simeón si volvían con su hermano menor. Ante esta noticia Jacob se niega a que Benjamín vaya con ellos, a lo que Rubén impetuosamente trata de convencer a su padre diciéndole que podrá tomar la vida de sus dos hijos si no retornan con Benjamín (Gn 42:37).
Vemos en este capitulo que ya se han acabado las provisiones traídas de Egipto y toca nuevamente enfrentarse ante la realidad de volver, Jacob aún se muestra renuente a dejar ir a Benjamín (Gn 43:6), pero esta vez toma la palabra Juda, y se nos hace mención que finalmente Jacob accede, Juda a diferencia de Rubén no plantea cosas absurdas, el le hace recordar a Jacob, la realidad de lo que va pasar si no regresan a Egipto, finalmente todos morirán de hambre (Gn 43:8), Jacob sabe que las promesas de Dios se cumplirán y de ninguna manera Dios permitirá que la descendencia de Abraham perezca, por ello aquí las palabras de Juda fueron inteligentes y coherentes, considerando la realidad pero a la vez estimulando la fe de su padre. Juda muestra un sentido de responsabilidad, al decir, yo asumiré y seré el responsable (Gn 43:9), la vida le ha enseñado que cuando no se cumplen las promesas hechas hay que asumir consecuencias, recordemos que por no haberle dado a su hijo Sela como esposo a Tamar, finalmente ella acabo concibiendo de él. Juda en todos estos años ya no es el mismo y empieza a mostrar rasgos de un carácter que esta siendo moldeado por Dios.
El rey Salomón en el libro de Eclesiastes nos va a mencionar:
"Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina" (Ecl 10:12)
Las palabras de Rubén fueran necias, pero las de su hermano Juda fueron sabias, el no esta pensando solo en su propio bienestar y seguridad, esta ahora pensando en el bienestar de toda la familia (Gn 43:8) y aún esta dispuesto a asumir la responsabilidad si fallara. Una vez mas la palabra de Dios nos muestra que Dios esta obrando en sus personajes, nos muestra sus pecados y terribles defectos, pero también nos muestra la obra de Dios en sus vidas.
Ahora, vemos entonces que Jacob accede a dejarlos ir con Benjamín y prepara un regalo para el gobernador (Gn 43:11), al llegar a Egipto se presentan delante de José, cuando llegan son llevados a la casa de José, quien había mandado matar un animal para la comida, frente a esta noticia se llenan de temor pensando que los tomaran como esclavos (Gn 43:15-18), pero para su sorpresa se les informa que comerán allí, al regresar José a su casa, les da agua para que se laven sus pies y ellos le entregan el presente que su padre Jacob les había enviado, y el les pregunta acerca de la salud de su padre (Gn 43:24-27), al ver a Benjamín no puede contenerse, y se separa de ellos momentáneamente y empieza a llorar, luego regresa a ellos y les empiezan a servir (Gn 43:29-31), los oficiales egipcios comen aparte, ya que los egipcios consideran abominación el comer con los hebreos, sin embargo José les da de su propio plato y a Benjamín le da una mayor porción (Gn 43:32-34). El pasaje nos menciona que ellos en medio de la comida estaban atónitos mirándose el uno al otro (Gn 43:33), seguramente preguntándose que hacemos aquí, porque esta bienvenida, y se hace mención también que se alegraron con el. Ellos aún no saben que el gobernador es José, pero están ahora sentados a la mesa, de ser acusados de espías "enemigo", ahora están sentados a la mesa, y aquí vemos una analogía de lo que Cristo hace con nosotros.
Nosotros también hemos fallado, nuestros pecados nos han hecho enemigos de Dios, Pablo va a mencionar:
"Por que si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más estando reconciliados, seremos salvos por su vida" (Rom 5:10)
Esa era nuestra condición antes de conocer a Cristo, sin embargo el Señor no nos condena, esta dispuesto a perdonarnos, el prepara todo para que podamos ser reconciliados con Él. El apóstol Pablo les escribe a los creyentes de la iglesia de Colosas lo siguiente:
"Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado" (Col 1:21)
No solamente nos reconcilia, sino como el Padre que ve venir a su hijo que se había perdido, pero ahora vuelve arrepentido, hace preparar una gran cena, y hace matar al becerro gordo para celebrar, ha llegado la hora de alegrarse y disfrutar la reconciliación. Así como José prepara una cena para sus hermanos y prepara el ambiente de reconciliación, Dios hace lo mismo con nosotros, el profeta Isaias hace mención:
"A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitara vuestra alma con grosura." (Is 55:1-2)
Esto nos puede parecer extraño, ¿porque tanto amor?, ¿porque tanta gracia?, pero ese es el corazón de Dios, un corazón de amor y lleno de misericordia, que hace matar el becerro gordo, y que quiere reconciliarse con el hombre. Tal como los hermanos de José sentados a la mesa atónitos por todo lo que se les daba, muchas veces podemos también dudar de la bondad de Dios, pero lo que nos toca es disfrutar de Él, de su amor, de su gracia y aceptar con alegría que el nos ha perdonado y ahora quiere que disfrutemos de su compañía.
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