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martes, 7 de julio de 2020

LECTURA DE GÉNESIS 35


COMENTARIO

En el capitulo 35 del libro de Génesis, Dios ordena a Jacob volver a Betel "Casa de Dios", el lugar donde hace mas de 20 años Jacob había tenido su primer encuentro con Dios, cuando huía de Esaú (Gn 28:16-19). Dios le ordena que regrese allí y levante un altar (Gn 35:1). Recordemos que todo esto se da en en contexto en el cual los hijos de Jacob habían cometido una masacre brutal como pretexto del ultraje de su hermana Dina, y Jacob se había llenado de temor frente al peligro de que los pueblos vecinos los atacaran (Gn 36:30), es en este contexto, que Dios lo va a llevar a sus raíces, al principio de su peregrinaje, le va hacer recordar cuando por primera vez escucho su voz y Dios le dio seguridad en medio de su angustia cuando huía de la amenaza de su hermano. Cuan necesario es para cada uno de nosotros volver y recordar nuestra primera experiencia de encuentro con Dios, cuando talves nuestras oraciones no eran tan elaboradas, pero nuestro corazón era fervoroso y estaba lleno de ese entusiasmo y deseo profundo de buscar y agradar a Dios, cuando descubrimos que eramos amados, perdonados y aceptados a pesar de nuestra antigua vida, que necesario es volver al "primer amor". Jacob nuevamente empieza a experimentar temores, dudas y angustia, y Dios le dice: Vuelve a Betel, vuelve a casa, vuelve a mi presencia, vuelve a tu primer amor, búscame como al inicio. Y creo que es lo mismo que Dios nos dice a aquellos que nos podemos ver nuevamente sumergidos en angustias, temores y aún situaciones que por malas decisiones podemos vivir, sin embargo Dios en amor nos dice vuelve a mi y búscame como al inicio.

Jacob sabe que debe regresar al lugar donde tuvo su primera experiencia con Dios, pero ahora no esta solo, tiene una gran familia, sabe que ha descuidado la formación espiritual de sus hijos. Ahora un segundo principio importante es entender que si nos volvemos a Dios, tenemos que "volvernos de todo corazón", Jacob sabe que su familia se ha desviado de los caminos del Señor cayendo en practicas de idolatría, y es necesario que se limpien de estas cosas, si desean acercarse a Dios. El apóstol Pablo en su segunda carta a Timoteo va a mencionar: "...Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre del Señor" (2Tim 2:19b).

El verso 2 y 3 del capitulo 35, nos menciona que Jacob emprende la tarea de limpiar su casa, "quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos". La casa de Jacob se había contaminado con la idolatría, no sabemos con exactitud el origen de ello y porque Jacob lo permitió hasta este punto, pero recordemos que Raquel había hurtado los dioses de su padre Labán, al salir de Padan-aram, este es el único indicio de idolatría que pudo haber llevado a la familia de Jacob a contaminarse. Que importante es que podamos ser vigilantes de nuestro propio corazón, talves los cristianos ya no adoren ídolos de piedra ni estatuas, pero debemos cuidarnos de los ídolos de nuestro corazón. El apóstol Juan, en su primera carta finaliza con estas palabras: "Hijitos míos guárdense de los ídolos" y en otra versión se menciona: "Hijitos míos, cuídense de cualquier cosa que pueda reemplazar a Dios en sus corazones" (1 Jn  5:21). 

Una vez la familia de Jacob se limpio y entrego a Jacob sus ídolos y todo aquello que les contaminaba, el pasaje menciona que Dios obro a favor de ellos y no permitió que los pueblos vecinos los dañaran (Gn 35:4-5). Jacob llega a Betel con todo su clan y allí edifica un altar y adora a Dios, y es nuevamente en este lugar que Dios vuelve a hablar con el, y le confirma el Pacto hecho con sus padres Abraham e Isaac (Gn 35:10-13), vemos que muchas veces podemos olvidar los propósitos de Dios y en el camino desviarnos en medio de los afanes de la vida, pero es Dios quien a través de las circunstancias difíciles nos hace nuevamente volver a el, poner la mirada en El y recordar el propósito por el cual hemos sido llamados.

Me gusta poder ver esta parte de la vida de Jacob, como su tiempo de "renovación espiritual", en la que Dios le recuerda su llamado para el y su descendencia. Sin embargo vemos que el relato bíblico continua y nos describe dos eventos trágicos. El primero la muerte de Raquel quien muere dando a luz a Benjamín, y es sepultada en Belén, aldea en la cual nuestro Señor nacería siglos después. Se hace mención que Jacob levanta un pilar sobre su sepultura como señal, algo que nos puede parecer curioso es ver que Jacob finalmente no entierra a Raquel en la cueva de Macpela que era el lugar de sepultura que Abraham había comprado como heredad de sepultura de los hijos de Het (Gn 23:16-17), en ese lugar Abraham e Isaac, habían enterrado a sus esposas legitimas y amadas, sin embargo vemos que Raquel no es enterrada allí y que finalmente como se vera mas adelante Lea sera enterrada allí, lo cual nos lleva a sugerir que con el tiempo Jacob considero mucho a Lea.

En segundo lugar se nos menciona a Rubén deshonrando a su padre, se acuesta con Bilha una de sus concubinas y madre de sus hermanos (Gn 35:22), lo cual traerá consecuencias para su vida como se vera mas adelante. Se nos menciona a los doce hijos de Jacob, que formarían la nación de Israel en un futuro tal como Dios lo había prometido a Abraham. Finalmente se nos narra la muerte de Isaac, quien muere en buena vejez y lleno de días a la edad de 180 años, haciendo referencia no solo a que vivió mucho tiempo, sino que vivió una buena vida, una vida plena y satisfactoria; donde seria finalmente enterrado por sus dos hijos ya reconciliados Jacob y Esaú.

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