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miércoles, 8 de julio de 2020

LECTURA DE GÉNESIS 38


COMENTARIO

En el capitulo 38 de Génesis se nos narra algunos detalles de la vida de Juda, hijo de Lea. Recordemos que en el capitulo anterior, José había sido vendido como esclavo por consejo de Juda (Gn 37:26), a una caravana de ismaelitas los cuales lo llevarían a Egipto y lo venderían a Potifar, capitán de la guardia (37:36). Este capitulo pareciera fuera de contexto, pero nos permite poder entender mejor el cambio en el carácter que Juda manifestara en los capítulos siguientes, y sobre todo el poder dar una tremenda muestra de la gracia de Dios, este capitulo que nos puede parecer oscuro y grotesco nos muestra a seres humanos caídos, un cuadro oscuro de la naturaleza humana y como aún los hijos de Jacob podrían comportarse como otros paganos, sin embargo se manifestara en medio de este cuadro oscuro la sobreabundante gracia de Dios al final de la historia.

Podemos ver que los hijos de Jacob no tomaban en cuenta al Dios de su padre. Juda se separa de su familia, cual hijo prodigo se va de la presencia de su padre, de su protección y de su consejo. Juda busca esposa entre las mujeres cananeas (Gn 38;2), y vemos como el fruto de esta unión trajo como resultado dos hijos que fueron desagradables a los ojos de Dios. No se nos da detalles de la vida de su hijo Er, pero se nos menciona que "era perverso delante de Jehová" (38:7), y El le quito la vida, según la cultura si el hermano moría sin tener hijo, era obligación del hermano casarse con su esposa y levantar descendencia a su hermano, Onán segundo hijo de Juda, toma como mujer a Tamar, pero no estaba dispuesto a levantar descendencia a su hermano, pero si a poseer a su esposa, y el pasaje nos menciona que cada vez que tenia relaciones con ella vertía en tierra y de esa manera evitaba que quedara embarazada, dicho proceder fue desagradable a los ojos de Dios y también le quito la vida a Onán (38:9-10). Ante la muerte de Onán sin Tamar tener hijo, le correspondía tener como esposo a Sela, tercer hijo de Juda, pero al llegar el tiempo en que le correspondería ser entregada a Sela, Juda no la entregó, pues tenia temor de que el también muriera (38:11 y 14), frente a esto Tamar se hizo pasar por una prostituta, y Juda no reconociéndola le pide su servicio dejandole su báculo y su sello como garantía del pago (38:18). Luego manda a Hira su amigo, el adulamita a entregar el cabrito prometido y recoger sus objetos dejados en prenda no logra encontrarla y preguntando por ella, le dan a conocer que no ha habido nunca prostituta del templo pagano que se sentara en ese lugar (38:21-22). Pasados tres meses llega la noticia a Juda de que su nuera Tamar esta embarazada, frente a ello el ordena quemarla (38:24), y cuando iban a llevarla a ser condenada, Tamar saca el bastón y el sello diciendo: "del que son estas prendas he quedado embarazada"(38:25), Juda reconoce sus pertenencias y reconoce que ella ha actuado de manera mas justa que el, pues no la dio como esposa a Sela, tal como correspondía y había prometido y nunca mas se acostó con ella (38:26). Producto de la relación con Juda, Tamar da a luz dos hijos gemelos Fares y Zera (38:29-30). 

Es aquí donde podremos ver la gracia de Dios pues de la descendencia de Fares, hijo de Juda, vendría el Señor Jesucristo (Mt 1:3), Dios en su gracia a través de esta historia nos muestra que el puede agarrar la noche mas oscura y transformarla en el día mas soleado. Haciéndonos recordar las palabras del apóstol Pablo a la iglesia de Roma "pues donde abundo el pecado, sobreabundo la gracia" (Rom 5:20).

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