El capitulo 41 de Génesis, nos va a abrir las cortinas para poder ver que detrás de todas las desgracias que le han pasado a José, Dios nunca había estado distante ni ajeno a ello, el lo había permitido y había usado aún a los hermanos de José para que a través de el su pueblo y aún naciones paganas como Egipto puedan subsistir.
Dios es el Dios de todos los pueblos, el ejerce dominio y potestad, tal como dice el apóstol Pablo:
"El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay , siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues el es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas" (Hchs 17:24-25).
Los pueblos pueden revelarse contra Dios, pero eso no quita que el ejerza control y en medio de la historia de cada nación el va cumpliendo sus propósitos y aún extendiendo su misericordia pues el se agrada del que hace justicia y misericordia en toda nación.
Vemos en este capitulo que el faraón tiene dos sueños que lo perturban grandemente, detrás de estos sueños esta la mano soberana de Dios, a lo largo de la historia del pueblo de Israel veremos muchas veces como Dios usa aún a reyes de otras naciones para cumplir sus propósitos, el rey Salomón va a decir:
"El corazón del rey es como un arroyo dirigido por el Señor, quien lo guía por donde él quiere"
(Prov 21:1).
Dios es quien usara al faraón para que a través de el, José pueda convertirse en el gobernador de Egipto y de esta manera preservar la subsistencia de su pueblo. Dios se esta moviendo en la historia de las naciones, utiliza las catástrofes naturales, pero a su vez increíblemente no es ajeno a las situaciones particulares de cada familia de la tierra. Y en medio de todo ello el ejerce justicia y misericordia, pues conoce el corazón de todo ser humano.
José continua en la cárcel, todo parece acabado para el, ya han pasado dos años desde que interpreto los sueños del jefe de los coperos y panaderos (Gn 41: 1), y de pronto el faraón se encuentra abrumado por no encontrar respuesta en sus sabios acerca de sus sueños (Gn 41:8), es allí donde el jefe de los coperos recuerda a José, sin duda vemos aquí un acto de la mano de Dios, el copero nunca más se había acordado de José desde que salio de la cárcel, pero en el momento indicado, en el tiempo de Dios, el lo usara para que llegue a oídos del rey que hay un esclavo hebreo que esta en la cárcel que es capaz de hacerlo (Gn 41:9-13).
El faraón manda llamar a José, y le pregunta si el puede interpretar sus sueños a lo que José contesta: "No está en mis manos el poder para hacerlo -respondió José-, pero Dios puede decirle lo que su sueño significa y darle tranquilidad" (Gn 41:16). Vemos a José con un corazón humilde, José ha estado en la cárcel pero nunca ha renegado de Dios, sigue reconociendo a Dios y buscando que el sea el glorificado en su vida. Ante esta respuesta el faraón le cuenta sus sueños y veamos algunas frases que José menciona con respecto a Dios y los sueños del faraón:
a. Dios le da a conocer de antemano al faraón lo que está por hacer (41:25)
b. Dios ha revelado de antemano al faraón lo que está por hacer (41:28)
c. Esos acontecimientos fueron decretados por Dios, y él hará que ocurran pronto (41:32)
José le da al faraón la interpretación revelada por Dios acerca de siete años de abundancia seguidos de siete años de hambre que devastara el país y todos los pueblos de alrededor. Vemos que detrás de esta catástrofe esta la mano de Dios, muchas veces no entendemos como puede Dios ser causante de acontecimientos como estos, pero lo que podemos saber es que nunca Dios tiene un despropósito para hacer lo que hace, siempre lo que hace ayudara para el bien de los que le aman, expresaran su misericordia por un lado y su justicia por el otro, y finalmente llevaran a cabo el cumplimiento de sus propósitos eternos en la historia humana.
Finalmente, ante la pregunta quien podrá ser el hombre capaz de poder hacerse cargo de administrar los alimentos para los tiempos que se avecinan, el faraón dice quien como José, en el que habita sabiduría y esta lleno del espíritu de Dios (41:38-40). Aún el rey de Egipto reconoce en José la presencia de Dios, un Dios que el no conoce pero que puede ver en la vida y actuar de José, la vida de José era el mas grande testimonio de ese Dios invisible, los egipcios adoraban a dioses de piedra, que podían ver, pero José adoraba al único Dios creador de los cielos y la tierra, al que no se le puede ver, ni esculpir con imágenes, invisible para los ojos de los egipcios, pero visible a través de la vida de José.
El faraón nombra a José, gobernador de Egipto y el segundo al mando en toda su nación, manda a que le cambien los vestidos, le pone su anillo en su dedo, y por todo Egipto se proclama que el es el nuevo gobernador, el faraón le da un nombre egipcio y como esposa a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Sin embargo nada de esto cambio el corazón de José, el sigue siendo fiel a Dios, y fruto de su matrimonio nacen sus dos hijos Efrain y Manases, cuyos descendientes vendrían a conformar parte muy importante de la nación de Israel. José se empieza a ser cargo de la tierra de Egipto, y llegan tal como había dicho los siete años de prosperidad donde José guarda grano en abundancia, y cuando llegan los siete años de hambre venían de todas partes a comprarle, de esta manera José seria el instrumento de Dios aún para extender su misericordia a Egipto y como veremos mas adelante en esta nación el pueblo de Israel se multiplicaría en gran manera, tal como Dios se lo había prometido a Abraham (Gn 15:13).
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