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jueves, 2 de julio de 2020

LECTURA DE GÉNESIS 31


COMENTARIO

El capitulo 31 de Génesis nos da mas detalles de la vida de Jacob con Labán, en total el le había servido veinte años, catorce por sus dos hijas y seis por su ganado, además de haber sufrido el abuso al haberse le cambiado el salario diez veces (31:6-7, 41). Jacob es consciente que la actitud de su tío ya no es la misma que al inicio con el, y que los hijos de Labán le tenían envidia al ver su riqueza, pues decían que todo lo había adquirido era por medio de su padre (31:1-2). Habia llegado la hora de regresar a Cannán, Dios confirma ello diciéndole: "Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y yo estaré contigo" (31:3). Durante el tiempo que Jacob estuvo con Labán, Dios había obrado en Jacob, le había enseñado a ganarse las cosas con el sudor de su frente y no a través de engaños, seguro cada noche de frío el recordaba las palabras de su hermano Esaú, y sin duda, a través de estos momentos difíciles el aprendió a callar y esperar en Dios. En el Salmo 37 verso siete, se nos menciona: "Guarda silencio ante Jehova, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades", Jacob había experimentado la injusticia y el abuso de su tío, su sueldo había sido cambiado diez veces, y corría el riesgo de quedarse sin nada. Sin embargo Dios ha visto su aflicción, mientras Jacob esperaba y callaba, Dios veía la injusticia pero también veía la actitud de Jacob, el estaba aprendiendo a esperar en Dios, y Dios fue quien lo restituyo y quien finalmente quito el ganado de manos de Labán para dárselo a Jacob (31:9).

Muchas veces podemos como hijos de Dios impacientarnos al ver las injusticias y ver prosperar al que no toma en cuenta a Dios, vienen aquí bien las palabras del Salmista: 

"No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová, y haz el bien; y habitareis en al tierra, y te apacentaras de la verdad" (Salmos 31:1-3)

Algo que podemos estar seguros en los momentos de injusticia, es que Dios la ve, y el nunca tendrá por inocente al culpable, debemos aprender a esperar en su justicia y no pretender tomar las cosas en nuestras manos. 

La reacción de las hijas de Labán era de esperarse, ellas habían sido tal como lo mencionan vendidas por su padre y reconocían que era el Dios de Jacob, quien le estaba quitando todo a su padre, para dárselo a ellas y a sus hijos (31:14-16). Encontramos aquí un patrón muy común en la historia del pueblo de Israel, siempre que ellos sufrieran abuso, finalmente Dios les restituiría, les haría prosperar, y maldeciría a sus enemigos dejándolos con las manos vacías. Esto mismo lo vemos cuando el pueblo de Israel sale de Egipto despojando a los egipcios de sus riquezas, después de haberles servido por mas de cuatro siglos sin ningún pago (Ex 12:35-36, 40-41).

Dios le hace recordar a Jacob, su encuentro con el Bet-el (31:13), Dios le lleva a recordar su juramento, Dios ha sido fiel, le toca ahora a Jacob, oír la voz de Dios y obedecer, Jacob necesitaba tener la seguridad de que Dios estaba emprendiendo su retorno. Se nos menciona que Jacob huye a escondidas (31:17-18), y en su huida su esposa Raquel hurta los ídolos de su padre (31:19), podemos ver que Raquel había sido influenciada por la idolatría de Harán y de su padre, el pasaje nos menciona que cuando Labán llega a Jacob, Dios en sueños le advierte a que no lo trate mal ni le hable descomedidamente (31:24), y Labán le reclama a Jacob su proceder y el haberse ido, sin darle la oportunidad de despedirse de sus hijas e hijos (31:26-28), sin embargo reconoce que Dios esta con Jacob y le ha advertido que no lo trate mal (31.29), pero a la vez le reclama el haberle hurtado sus dioses, a lo cual Jacob reacciona diciendo: "que no viva el que tenga tus dioses", sin saber que era Raquel la que los había hurtado (31:32), Labán entra a las tiendas de Lea y las siervas y no encuentra nada, y al entrar a la tienda de Raquel ella esconde los ídolos debajo de ella y recibe a su Padre excusándose de no poder levantarse por estar en su periodo (31:34-35). Labán al no encontrar nada, encendió el enojo de Jacob, el cual le reclama su proceder y le recuerda como el lo ha tratado el tiempo que ha estado a su servicio, y que es Dios quien le ha permitido poder tener lo que tiene, ya que lo ha librado del mal que el pensaba hacerle (31:42). 

Finalmente Labán y Jacob hacen un Pacto, y en nombre de las palabras que juramentan en ese Pacto, esos territorios reciben los nombres de Galaad y Mizpa (31:47-49), con lo cual se separan y nunca mas se vuelven a ver. El pasaje no nos menciona que fue de los ídolos que Raquel hurto a su padre, pero nos muestra que Raquel adoraba otros dioses a escondidas de Jacob, y sin duda esto era desagradable a los ojos de Dios, no sabemos más pero algo que mas adelante nos llamara la atención es que finalmente Dios permite que sea Lea la esposa que sea enterrada en el lugar donde los otros patriarcas enterraron a sus esposas legitimas y amadas. Lea ademas había dado a luz a Juda, del cual vendría aquella "simiente", a través del cual las bendiciones de Abraham se extenderían a todas las familias de la tierra.

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