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lunes, 29 de junio de 2020

LECTURA DE GÉNESIS 28


COMENTARIO

En el capitulo 28 se nos narrara uno de los eventos más importantes en la vida de Jacob, su primer encuentro con Dios. Hasta este momento Jacob había escuchado del Dios de su padre Isaac y Abraham, pero nunca había tenido una experiencia personal con El.
La vida de Jacob corría peligro estando en Canaán pues estaba expuesto a la ira y venganza de su hermano Esaú, quien había jurado matarlo después de la muerte de su padre (Gn 27:41-42)

La ultima petición de Rebeca
  1. Quedándose en Canaán era probable que Isaac tomara como esposa a una de las mujeres de esos pueblos, tal como lo hizo su hermano Esaú, lo cual había sido de desagrado para sus padres (Gn 26:35). Recordemos que esto era una enseñanza para los hijos de Israel que iban rumbo a Canaán ellos tampoco debían mezclarse ni dar en casamiento a sus hijas con habitantes de estos territorios, ya que acabarían desviando sus corazones del Dios verdadero (Dt 7:1-5). De la misma manera para nosotros, es importante tener claro que no podemos relacionarnos en unión conyugal con personas que no son del pueblo de Dios, tal como lo indica el apóstol Pablo en su segunda carta a los Corintios (2Cor 6:14-16).
  2. Para evitar que su hermano lo mate, Esaú estaba lleno de ira y resentimiento contra su hermano, vemos que el tomar las cosas en sus manos a Rebeca no le resulto, ella sabia que Jacob era el hijo que Dios había escogido para que a través de el y su descendencia, se cumplieran las bendiciones hechas a Abraham, pero no espero el obrar de Dios, sino lo hizo con engaños, y finalmente vemos que cosecho la separación de sus hijos, y sin saberlo nunca más volvería a ver a Jacob. Este pasaje nos enseña que cada vez que queremos hacer la voluntad de Dios a nuestra manera, en nuestras fuerzas y en nuestra carne, finalmente no cosecharemos buenos resultados (Ga 6:8).

Jacob reconoce que Isaac es el escogido por Dios

Vemos en el capitulo 28, verso del 1 al 4, Jacob le da un mandamiento a su hijo, el cual es obedecido por Jacob, a diferencia de Esaú, el cual no tomo en cuenta el consejo de sus padres (Gn 27:46, 28:8). Jacob oye la voz de su padre y decide no tomar como esposa a ninguna de las hijas de Canaán sino ir donde su pariente, hermano de su madre en Padan-aram (Gn 28:5-7). Vemos aquí que Jacob empieza a mostrar ciertos rasgos que corresponden a aquel que heredaría las promesas. Es en este contexto que finalmente Isaac reconoce que Dios ha escogido a Jacob y que aún en medio de las equivocaciones y formas cometidas, Dios estaba señalando que a través de Jacob las bendiciones a Abraham y su descendencia seguirían su curso, tal como lo indica en (Gn 28:1-4).

El encuentro de Jacob con Dios en "Betel"

A partir del verso 10, se nos narra que Jacob saliendo de Beerseba llega a Harán, la ciudad donde años atrás su Abuelo Abraham había vivido temporalmente con su padre Taré. Se nos menciona que Jacob tendrá un sueño, en el cual vera una escalera que en un extremo toca la tierra y en el otro el cielo, y que ángeles suben y bajan, y en el cielo escucha la voz de Jehova, el cual confirma el Pacto con el, y le promete igualmente lo que había hecho con Isaac años atrás, "yo estoy contigo y te guardare..." (Gn 28:15). Este suceso marcaría la vida de Jacob, de allí en adelante el sabría que no estaba solo, se vendrían situaciones muy difíciles, pero Dios se aseguro que el supiera que pase lo que pase el no lo dejaría y que finalmente lo haría volver a su tierra en bienestar.

Este suceso en la vida de Jacob algunos lo han comparado con las palabras del Señor Jesús a Natanael en Jn 1: 51, "Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre". Esa escalera que unía el cielo y la tierra, simbólicamente ahora es nuestro Señor Jesús el cual vino a este mundo para precisamente ello, conectarnos con el Padre, y establecer un camino hacia El a través de su muerte en la cruz.

Al despertar del sueño, Jacob reconoce que ha estado en la presencia de Dios, y tuvo miedo, y llama a aquel lugar Bet-el, que es casa de Dios (28:19), y hace un juramento a Dios, las palabras de Jacob no son perfectas, pues condiciona todo a lo material, pero sin embargo reconoce a Dios también como su proveedor, e indica que se compromete a dar el diezmo de todo lo que Dios le dé. Dios enseñara a Jacob en casa de su tío a depender de El, y al igual que a su abuelo Abraham, a tener como riqueza la presencia de Dios y no lo material.

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