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miércoles, 24 de junio de 2020

LECTURA DE GÉNESIS 4

COMENTARIO

En el capitulo 4 del libro de los inicios, se nos relata la triste historia del primer homicidio. Se nos hace mención a su vez de un patrón que se ha dado durante toda la historia humana. Los hijos del maligno, persiguen y odian a los hijos de Dios, como lo advierte Juan en su primera carta (1Jn 3:13).


El pasaje hace mención a que pasando el tiempo, tanto Caín como Abel traen una ofrenda a Dios, independientemente del tipo de ofrenda, el énfasis esta en la persona, pues Dios no acepta algo sin primero aceptar al que lo trae. Vemos en el pasaje que se hace mención en cuanto a Caín que Dios lo rechazo primeramente a el y luego a su ofrenda, ahora no es que Dios haya tenido preferencias por Abel, pero Dios vio algo en el corazón de Caín que no le agrado y que hacia inaceptable su ofrenda.


¿Cual fue la reacción de Caín? El pasaje menciona que se enojo mucho y esto se vio reflejado en su rostro. Caín se lleno de cólera, esto lo llevo frente a la falta de arrepentimiento al odio desmedido que se concreto en el asesinato. La Biblia no nos dice nada al respecto pero es probable que Caín ya hubiera estado guardando en su corazón un resentimiento hacia su hermano, ¿como sabemos esto?, Juan en su primera carta nos menciona que Caín era del maligno, y que mató a su hermano porque sus obras eran malas y las de su hermanos justas (1Jn3:12). Entonces vemos aquí desde un inicio como mencionamos un patrón que se ha dado desde el inicio, los malvados persiguen a los justos, los aborrecen por causa de su amor y obediencia a Dios, pues aman la maldad y no se gozan en el bien, y buscan destruirlo.


Por otro lado podemos decir que Caín se enojo primeramente con Dios, el pasaje muestra que cuando Dios rechaza su ofrenda, el se molesta en gran manera y su semblante osea la expresión de su rostro cambio, empezó a expresar en su rostro lo que había en su corazón, celos, envidia y resentimiento infundado. No podemos odiar a nuestro hermano, sin antes no odiar y rechazar al creador. Caín rechazaba a Dios y por ello también a su hermano, el apóstol Juan nos deja claro esto cuando nos dice que aquel que dice que ama a Dios y aborrece a su hermano es mentiroso, y a su vez que el mandamiento que hemos recibido es, que el que ame a Dios, amé también a su hermano (1Jn 4:20-21). Y ¿por qué Caín rechaza a Dios? Lo hacia al no querer reconocer su condición y lo que Dios decía de El, al no querer aceptar que necesitaba perdonar, rechazaba por lo tanto la gracia de Dios con su falta de arrepentimiento y reconocimiento de su pecado en el corazón.


Podemos ver como se ha mencionado que el semblante de Caín cambio frente a su pecado, se encontraba lleno de amargura y odio, y esto se evidencio en su rostro y en su actitud y reacción frente a su hermano. Muchas veces cuando damos lugar al pecado, nos damos cuenta que nuestras reacciones son perversas, empezamos a reaccionar mal con nuestro prójimo, reaccionamos con egoísmo, es como si la falta de reconocimiento de nuestro pecado, nos llevara a buscar responsables fuera de nosotros en vez de arreglar lo interno, la tendencia es a buscar un culpable fuera nuestro. Esto fue lo que hizo Caín, su falta de reconocimiento, a pesar que Dios le estaba dando una salida y exhortándole a que se arrepienta, precisamente su rechazo a la voz de Dios, lo hizo presa mas fácil de su pecado y del maligno. No podemos rechazar a Dios, su gracia y amor sin consecuencias, si rechazamos la voz de Dios, le estamos dando total apertura al pecado y al maligno, para que nos dominen. Esto no quiere decir que Caín sea una victima, el fue total responsable pues tuvo la salida pero quiso tomar el camino del mal.


En realidad, Caín en su corazón ya había matado a su hermano, ¿por qué decimos esto?, pues el mismo Señor Jesús en Mateo 5:21-22, nos habla de la ira. Y menciona que no solo el que asesina al hermano, sino que aquel que se enoja y se reciente y no da lugar al perdón, es culpable de juicio y queda expuesto al infierno de fuego. Entonces para Dios, cuando nos amargamos, resentimos y no perdonamos es similar al asesinato, ¿por qué? porque en el corazón estamos guardando un resentimiento que se convierte en odio, que muchas veces podemos ver en la historia humana y aún en nuestro actual contexto, como el odio lleva al asesinato, como los celos, la cólera y amargura se manifiestan en el homicidio. Y si bien en muchos casos no se expresa con esa acción, para Dios en el corazón somos verdugos de nuestro prójimo al negarnos al perdón y al amor.


Dios nos conceda el perdonar si es nuestra lucha, recordando que hemos sido perdonados de una deuda impagable, y que si la gracia de Dios opera en nosotros esto nos capacita para perdonar a los demás de todo corazón.

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