En el capitulo 36 del libro de ÉXODO, se nos describe el inicio de la construcción del Tabernáculo de reunión también llamado el "Santuario" (36:1), Dios ha dado sabiduría e inteligencia y un corazón dispuesto a Bezaleel y Aholiab quienes están a cargo de la obra, aquí vemos que todas las capacidades y dones que tenemos son para honrar a Dios, y hacer como el ha dicho.
Vemos aquí un trabajo coordinado, se han reunido todos aquellos sabios de corazón, y ¿Quiénes son estos? todos aquellos que han tenido la voluntad de servir a Dios con sus dones, con un corazón sabio y dispuesto, a quien Dios había dado sabiduría e inteligencia (36:2), somos llamados a trabajar para el Señor, todos hemos recibido dones, talentos y capacidades diversas que son útiles para Dios, todo creyente que va creciendo de manera saludable tendrá un corazón dispuesto en ocupar su lugar dentro de la obra del Señor, recordando como dice el apóstol Pablo, que "Dios ha preparado obras de antemano para que andemos en ellas" (Ef 2: 10). El Señor mismo nos da ejemplo de ello, en los días de su vida en la tierra el va a mencionar:
"Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Jn 5:17)
Ahora debemos tener mucho cuidado con confundir la obra de Dios, con activismo, la tendencia de nuestros corazones es a pensar que mientras mas hacemos, somos mas espirituales o estamos mejor con Dios, y esto muchas veces no es verdad, la verdadera espiritualidad brota de una comunión intima con Dios, y la obediencia a su Palabra, buscando ser lleno del Espíritu Santo cada día, es allí donde escuchando la voz de Dios en primer lugar, sabremos que es lo que Dios quiere que hagamos. Debemos cuidar nuestro corazón del hacer con las motivaciones incorrectas, recordemos las palabras del Señor a Marta:
"Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada" (Lc 10:41-42)
Lo mas importante para Dios mas allá de nuestro activismo, es que estemos con El, escuchando su voz, disfrutando de su compañía, pasando tiempo con su Palabra, para que ella sea santificándonos y mostrándonos que es lo que debemos hacer.
El pasaje también menciona que Dios había derramado de su gracia en los corazones del pueblo, quienes trajeron ofrendas de manera abundante para la obra del santuario (36:3), entonces no solo ofrecieron sus dones y talentos, sino también lo que tenían. El pasaje nos hace mención que tal era la cantidad de las ofrendas, que Moisés ordeno que ya no trajeran mas, pues abundaba materiales y aún sobraba (36:5-7).
Y este suceso nos hace recordar a otro que en el futuro se daría en las iglesias de Macedonia, donde Pablo va hacer mención que "dieron mas allá de sus fuerzas", y que aunque estaban pasando momento muy difíciles de escasez económica, "su profunda pobreza abundo en riquezas de generosidad" (2 Cor 8:2)
y añade:
"Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios" (2Cor8:3-5)
Vemos aquí otro ejemplo más de como Dios había derramado en los corazones de su pueblo el dar para su obra y en el caso de los hermanos de Macedonia, dar para suplir la necesidad de los hermanos.
Finalmente encontramos detalles de la elaboración de los diversos tipos de telas que conformarían el tabernáculo, las cuales lo protegerían del calor del sol y de la lluvia, por lo cual los diversos materiales, y el orden en que fueron puestos tenían también ese propósito como comentan algunos comentaristas. Se elaboraría también los velos tanto para la puerta del tabernáculo como aquel que haría separación entre el lugar Santo y lugar Santísimo (36:35 y 37), el cual señalaba que el camino a la presencia de Dios aún no era accesible, dicho velo siglos después seria rasgado al morir el Señor en la cruz, el cual nos abriría un camino nuevo y vivo a través del velo (Heb10:20), para poder tener acceso a la presencia de Dios, por la fe en su El (Ef 3:12).
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