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viernes, 2 de octubre de 2020

ÉXODO 37

 


COMENTARIO

En el capitulo 37 de ÉXODO se continua describiendo la construcción del Tabernáculo, en esta sección, la de los artefactos e instrumentos correspondientes al Lugar Santísimo. Dios había dado detalles específicos acerca del tipo de madera, las mediciones y los materiales que se debían utilizar en la construcción y elaboración de cada uno de los implementos, tal como indica el autor del libro de Hebreos, Moisés había recibido por parte de Dios instrucciones especificas, y se debía cuidar que se haga tal como Dios le había indicado en el Monte Sinaí (Heb8:5).

Dios había llenado de su Espíritu a Bezaleel para que pueda realizar la labor tal como Dios había indicado, y vemos en este capitulo que la frase repetida continuamente es "le hizo" o "hizo también", indicando con sumo detalle, como Bezaleel hizo cada uno de los artefactos del Lugar Santísimo.

Encontramos en primer lugar "El Arca" (37:1), que representaba el trono de Dios, en dicha arca seria guardado el testimonio (una porción del mana, la vara de Aarón y las tablas de la Ley), y en su cubierta tendría una placa de oro, que era el propiciatorio, donde la presencia de Dios se manifestaría, y donde una vez al año el sumo sacerdote derramaría sangre del sacrificio por todo el pueblo, en el gran día de la expiación. Era sobre el propiciatorio en medio de los dos querubines, que Dios se manifestaría a Moisés, para darle su palabra para su pueblo. 

"Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel" (Ex 25:22)

En segundo lugar encontramos "la mesa" (37:10), donde se colocarían los panes de la proposición que solo se les permitía comer a los sacerdotes, esta mesa estaba hecha de madera de acacia y cubierta de oro puro, y puesta frente al candelabro de oro (Ex 26:35), en el lugar Santo, donde los sacerdote cada día debían poner doce panes que representaban a las doce tribus de Israel (Lev 24:7-8). Esta mesa de panes a la vez señalaba a aquel que era el Pan de vida, el cual seria partido para la remisión de nuestros pecados. 

En tercer lugar encontramos "el candelero" (37:17), que era puesto frente a la mesa de panes, y que había sido hecho de oro puro. Aquella luz que  se mantenía constante en el lugar Santo, y aquel aceite que era puesto de manera constante para que la luz se encienda constantemente (Lev 24:2), nos permiten pensar en la presencia del Espíritu Santo llenando nuestras vidas de tal manera que podamos ser luz siempre, y señalaba a "la luz del mundo", el propio Señor, que venia a este mundo de tinieblas, a alumbrarnos y traernos esperanza en medio de la oscuridad.

En cuarto lugar encontramos "el altar del incienso" (37:25), que se colocaba frente al velo que separaba el lugar santo del lugar santísimo, justo delante del arca (Ex 30:6, 40:5), en este altar el sacerdote quemaba el incienso el cual señalaba las oraciones que son como ese olor grato que sube delante de Dios, y asimismo nuestras vidas son llamadas a ser como ese olor grato para el Señor. 

Finalmente encontramos también "el incienso aromático y el aceite de la unción" (37:29), los cuales habían sido elaborados con ingredientes señalados por el Señor (Ex 30:22-25), dichos ungüentos, eran solo de uso exclusivo del tabernáculo (Ex 30:31-33, 37-38), el incienso aromático como hemos mencionado era quemado en el altar del incienso haciendo que todo el lugar se llenara del olor del perfume, era un aroma santo para Dios. Asimismo el aceite de la unción era de uso exclusivo para consagrar a los sacerdotes para la obra a la cual el Señor los llamaba.

Todos estos implementos nos recuerdan el carácter Santo de Dios, pero a la vez nos señalaban a la persona del Señor Jesucristo, el cual vendría a morar entre nosotros, el mismo Dios vendría en la segunda persona de la trinidad para abrirnos un camino nuevo hacia la presencia de Dios.


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