COMENTARIO
El capitulo 15 de Éxodo, empieza con un cántico de alabanza a Dios por su grandeza y sus echos poderosos, los hijos de Israel acaban de presenciar la mano poderosa de Dios y a través de este cántico van a expresar con sus palabras gratitud y reconocimiento de la grandeza de Dios. El gran ejercito de faraón, sus caballos y carros de guerra tan temidos, han sido echados al mar (EX 15:1, 4, 21). Encontramos estas palabras en dos libros poéticos escritos por dos de los reyes mas importantes de Israel, David y su hijo Salomón, ciertamente ellos sabían que era tener un ejercito y contar con caballos de guerra para ir a la batalla frente a sus enemigos, sin embargo ellos van a decir:
"Vano para salvarse es el caballo; la grandeza de su fuerza a nadie podrá librar" (Salmos 33:17)
"El caballo se alista para el día de la batalla; mas Jehová es el que da la victoria" (Prov 21:31)
Para nosotros no son caballos, pero hay muchas cosas de las cuales podemos sentirnos seguros, confiados, y orgullosos, pero debemos recordar que es Dios quien finalmente tiene el poder para librarnos y darnos la victoria en medio de las circunstancias de la vida. El apóstol Pablo en una de su segunda carta a los Corintios menciona que humanamente el tendría motivos para gloriarse, pero reconoce que nada de ello puede finalmente darle seguridad, que solo su dependencia a Dios, y el reconocimiento de que todo es por su gracia podrán sostenerlo y darle la victoria (2Cor 12:9).
Los hijos de Israel reconocen el poder de Dios (Ex15:6-7), el Señor cual rey de su pueblo los ha conducido y a derrotado a sus enemigos (15:9-10), con sus echos poderosos se ha glorificado y magnificado (15:1), ha quedado en evidencia que delante de El, los dioses de las naciones son nada, sus ejércitos y el orgullo de sus reyes son quebrantados (15:11).
Los echos poderosos de Dios llegaran a oídos de las naciones vecinas, las cuales temerán a Dios y a su pueblo, por sus echos grandiosos, lo cual permitirá que los hijos de Israel finalmente pasen por los territorios de sus enemigos, los venzan y se establezcan en la tierra que Dios les ha prometido (Ex 15:13-17). En Dt 2.25, se menciona luego de que Dios advierte a los hijos de Israel de no hacer daño a los Edomitas "descendientes de Esaú" (Dt2:4-5) , ni a los Amonitas ni Moabitas "descendientes de Lot" (Dt2:9,18 y19); que Dios empezaría a poner su temor delante de todos los pueblos, al oír la fama de ellos, de como salieron de Egipto y cruzaron el mar Rojo.
En Josue 2:9-10, se hace mención a las palabras de Rahab la ramera frente a los espías enviados por Josue:
"Se que Jehova os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros a caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto.."
El cruce del mar Rojo, seria recordado con gozo y alegría por los hijos de Israel, pero eran motivo de temor y espanto para sus enemigos. Aquí podemos encontrar una analogía con la vida espiritual del hijo de Dios, nuestros enemigos ya no son ejércitos humanos, pero si peleamos contra "huestes espirituales de maldad", y las armas que tenemos ya no son carnales, sino tal como dice Pablo son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. (Ef 6:12; 2 Cor 10:3-4). En ese sentido los hijos de Dios, somos una amenaza para el maligno y sus huestes de maldad, a medida que vamos experimentando plenamente la vida que Dios quiere, podremos ser mas eficaces y motivos de terror en las manos de Dios, para el enemigo. Pero cuando nos dejamos dominar por el pecado y no confiamos en Dios, el enemigo habrá logrado su cometido, que es hacernos ineficaces para la obra de Dios y de poco peligro para el reino de la maldad.
Todo parece ir bien, pero pronto la incredulidad nuevamente vendrá al corazón del pueblo, solo han pasado tres días que han presenciado la mano poderosa de Dios en el Mar rojo (Ex 15:22), sin embargo ante la carencia de agua empiezan nuevamente a quejarse delante de Moisés, y llegan a Mara, donde encuentran aguas amargas, y su queja se agrava mas. Es importante recordar que una victoria presente no asegura la victoria de mañana, cada día como hijos de Dios debemos estar vigilantes de nuestro propio corazón. Los hijos de Israel habían experimentado de la mano de Dios una tremenda victoria contra sus enemigos, pero ahora Dios les hace pasar por el desierto, y durante tres días no tienen agua, y la reacción que podríamos esperar es de confianza después de todo lo vivido, sin embargo fácilmente el corazón del pueblo empieza nuevamente a dudar y quejarse contra Dios (15:24).
Dios en su paciencia a través de Moisés, purifica las aguas haciéndola bebibles (15:25), y les da mandamientos, ellos tiene que aprender a confiar en Dios (15:25b-26), han salido de Egipto y han presenciado como Dios los libro de las 10 plagas de Egipto, han visto al mar rojo abrirse, pero en sus vidas cotidianas y necesidades necesitan aprender a confiar en Dios, y tener la seguridad que el es "su sanador", el que los libra del peligro de la enfermedad. El pueblo de Israel sale de Mara y llega a Elim, y alli disfrutan por la gracia de Dios de agua y de la sombra de las palmeras de ese lugar (Ex 15:27), pero la lección esta dada, no pueden depender de las circunstancias, tiene que aprender a caminar por fe. Dios ha empezado a tratar con su pueblo y a través de diferentes pruebas que el permitirá que pasen en el desierto empezara a probar su corazón y ver si ellos le obedecerán.
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