COMENTARIO
EL AÑO SABÁTICO (Lev 25:1-7)
Los hijos de Israel a través de estos mandatos debían recordar que era Dios quien les había dado la tierra (25:2), que a ellos no les pertenecía Dios se las había dado en su bondad, y en cumplimiento a las promesas a sus padres (Dt 8:6-10, 9:4-5).
En el año sabático, la tierra guardará reposo para Jehová (25:2), correspondía al séptimo año, durante los primeros seis años podían sembrar y podar su viña (25:3).
En este séptimo año, la tierra guardará descanso, y lo que nacía de ella ese año, no debía ser recogido (25:4-5), de esta manera los hijos de Israel, debían confiar en que era Dios quien los sustentaba y proveería, si ellos obedecían (25:6-7).
Serían testigos de la provisión y bondad de Dios, al obedecer el mandato de Dios, verían su provisión y sustento de alimento hasta el año noveno (25:20-22).
EL AÑO DEL JUBILEO (Lev 25: 8-34)
El año del jubileo, venía a ser el año número 50, habiendo contado siete semanas de años que daban en total 49 años (25: 8).
En el mes séptimo, a los diez días del mes, se haría tocar la trompeta , en el día que correspondía al Gran dia de la expiación, se tocaría la trompeta en todo el territorio de Israel (25:9)
Este año sería de celebración para toda la nación, se proclamaria libertad en la tierra, y cada persona regresaría a su posesión y familia.
En este año los hijos de Israel no sembrarian, para obtener frutos de su tierra, comerían de los frutos que la tierra misma produciría ese año, de esa manera verían el sustento y provisión de Dios, al obedecer su mandato y a la vez recordarian que toda la tierra que poseían era de Jehová y él en su bondad se las había dado (25: 11-12).
Propósitos del año de Jubileo para beneficio de la Nación:
En este mandato, se ve la sabiduría de Dios, y a la vez la bondad de Dios para con su pueblo, la obediencia a este mandato permitiría una serie de beneficios para toda la nación (25:18-19), y a la vez la celebración del mismo como era el caso de las fiestas judías, eran un recordatorio de lo que Dios había hecho por ellos (25:38), en ese sentido tenían una función pedagógica también para las futuras generaciones que no habia sido testigos oculares del obrar de Dios en Egipto y en el desierto. Alguno de los beneficios y enseñanzas son los siguientes:
Todos aquellos hijos de Israel que habían vendido sus posesiones, las recuperarian (25:13), y todos aquellos que habían sido vendidos como esclavos, en caso de no haber podido ser rescatados, serían liberados en el año del Jubileo y volverían a sus posesiones y familias (25:24 y 28).
Los hijos de Israel debían tener un trato justo con sus compatriotas, no debían usar el Dia del Jubileo como una excusa para aprovecharse de sus hermanos, no debían engañar a sus hermanos, debían vender sus propiedades a un justo precio, recordando que Dios era testigo de todo esto (25: 14-17)
Era un recordatorio de que ningún hombre era dueño de la tierra, esta no sería vendida de manera perpetua, porque la tierra le pertenecía al Señor, y los hijos de Israel debían entender que eran forasteros y extranjeros para con Dios. Esta misma enseñanza la encontramos en relación a la Iglesia, los hijos de Dios, no debemos tener la mirada puesta en este mundo, sino en las cosas de arriba siendo conscientes de que esperamos a nuestro salvador Jesucristo (Col 3:1-2; Filip 3:20), los hijos de Dios deben recordar que son forasteros y extranjeros sobre la tierra (1 P 2:11, Heb 11:13)
Permite poder recordar también que Dios era el dueño de toda la tierra que ellos poseían, de alguna manera las Palabras del Salmista hacen eco aquí (Salm 24:1)
El cumplimiento de este mandato permitirá que dentro de la nación de Israel no hayan pobres de manera permanente, y daba la oportunidad a que en el caso de que algún Israelita hubiera caído en la pobreza pueda ser ayudado por algún familiar, y si finalmente no tuviera familia ni recursos, el año de Jubileo sería de libertad para el (25:25-28), vemos aqui la sabiduria de Dios, estableciendo igualdad entre su pueblo permitiendo un trato justo sobre aquellos que se habian esforzado en sus trabajos, y a la vez evitaba el abuso, y la esclavitud entre los hijos de Israel.
En el caso de posesiones no de tierra, sino de casas de habitaciones en ciudades amuralladas, los que las habían vendido tenían oportunidad de recuperarlas en el lapso de un año, de no ser así, ya no podrían ser recuperadas y quedarían para siempre en posesión de los que las habían comprado, como posesión aun para dar como herencia a descendientes (25: 29-30).
III. LA POBREZA EN LA NACIÓN DE ISRAEL (Lev 25: 35-55)
En el caso de que uno de los hijos de Israel empobreciera, y se acogiera a alguno de sus hermanos, él tenía la obligación de ayudarlo y sustentarlo, no aprovechándose de su situación, temiendo a Dios y considerando que todos habían sido esclavos y Dios los había liberado de Egipto y dado la tierra que poseían (25:35-38).
En el caso de que alguno de los hijos de Israel al caer en pobreza, se vendiere a uno de sus hermanos, no sería tratado como a un esclavo, sino de una manera considerada (25:39 y 46 b), no serían de su propiedad de manera permanente, pues serían liberados el año del Jubileo, recuperarian sus propiedades y volverían a sus familias (25:40-41). De la misma manera en el caso de que alguno de los hijos de Israel al empobrecer, se vendiera a algún extranjero que viviera en medio de los hijos de Israel, podría ser rescatado de manera justa por alguno de sus familiares, y si no se pudiera igual saldría él y sus hijos en libertad el año del jubileo (25:47-54)
Ningún hijo de Israel debía ser tratado como un esclavo de manera dura y servil, en razón de que todos eran siervos de Dios, los cuales habían sido rescatados de Egipto, ninguno sería posesión de manera perpetua de uno de sus hermanos (25:42 y 55).
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