COMENTARIO
En el capítulo 20 del libro de Levítico se nos menciona las penas a los actos de inmoralidad relatados en el capítulo 18. Dios nuevamente se dirige a su pueblo pero también estos mandamientos son para los extranjeros que viven con ellos (20:2a).
Primero, hay una advertencia a aquellos que se atrevan a ofrecer sus hijos a Moloc, y también a aquellos que cerraren sus ojos frente a esta maldad y no quisieran dar la pena impuesta por Dios para este pecado (20:2-5), Dios llama a este pecado una “prostitución espiritual” (20:5), los que cometían tal pecado contaminaban el santuario y profanaban el nombre santo de Dios (20:3), pues Dios nunca había pedido tal cosa. Tristemente siglos después el pueblo de Dios cometería este gran pecado por el cual la ira de Dios se derramaría sobre ellos (Jer 32:35; 2 Cro 28:3; Ez 20:31, 23:37-38).
En segundo lugar, Dios advierte a aquellos que atendiese a encantadores o adivinos, para Dios este pecado es también un tipo de “prostitución espiritual”, al igual que el adorar a dioses falsos. Tanto la persona que consultada como la que hacia este tipo de practicas ambas tenían pena de muerte (20:6 y 27).
En tercer lugar, Dios dará las penas sobre pecados de inmoralidad sexual fuera del matrimonio (20:10), con familiares cercanos (20:11-12, 14, 17, 19-21) así como relaciones contra naturaleza (20:13) y con animales (20:15-16), además nuevamente se advierte sobre evitar tener relaciones con la mujer menstruosa (20:18) .
Cuando se refiere Dios, a los pecados mencionados en este capítulo, menciona términos como: grave perversión (20:12), abominación (20:13); vileza (20:14); cosa execrable (20:17); iniquidad e inmundicia (20:19 y 21). De la misma manera su pueblo y cada hijo suyo es llamado a ver estos pecados de la misma manera.
Dios nuevamente les menciona las razones por las cuales ellos debían evitar cometer esos actos de inmoralidad que eran parte de la vida moral de los pueblo cananeos. Ellos debían ser diferentes, deben ser Santos, en virtud que su Dios era Santo, él mismo era quien los santificaba (20:7-8); ellos debían obedecer los estatutos y ordenanzas del Señor y no andar en las prácticas de las naciones que él estaba echando de delante de ellos, para darles la tierra por heredad (20:22-24a), Dios los estaba apartando de los pueblos para que ellos fueran su pueblo, por lo cual debían vivir de manera diferente (20:24b-26).
LAS PENAS O CASTIGOS A LOS ACTOS DE INMORALIDAD E IDOLATRÍA RELATADOS EN LEVÍTICO 20
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