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jueves, 8 de octubre de 2020

ÉXODO 40

 


COMENTARIO

Finalmente hemos llegado al capitulo 40 del libro de Éxodo, ha sido finalizada la obra del Tabernáculo. Dios indica a Moisés que ha de ser levantado el día primero del primer mes (Ex 40:1-2), este mes era el mes de Abib (Ex 13:4), el mismo mes que los hijos de Israel habían salido de Egipto, el cual había sido determinado por Dios para ser el primero de los meses para su pueblo (Ex 12:1-2), y uno de los meses mas importantes en el calendario Judío pues ese mes celebrarían su salida de Egipto y la Pascua, la cual era una de las tres principales fiestas de los hijos de Israel. 

Ha pasado un año desde que los hijos de Israel han salido de Egipto (Ex 40:17), y se han mantenido 9 meses a los pies del monte Sinaí (Ex 19:1), se ha culminado toda la obra que Dios había mandado a Moisés y en los versos del 3 al 14, el Señor indica a Moisés como ha de ser levantado y organizado el Tabernáculo, tal como se lo había dicho en el monte Sinaí, y en el verso 16 nuevamente se nos muestra lo más importante "y Moisés hizo conforme a todo lo que Jehová le mandó", esta frase se repetirá 9 veces en este capitulo, y desde el verso 16 se repite cada vez que se nos describe como fue levantado y organizado la obra del Tabernáculo, cada detalle, desde la posición de cada artefacto, los materiales que tenían que utilizarse, el orden como serian colocados y la labor de los sacerdotes, todo tenia que ser hecho conforme el mandato de Dios. Y vemos en este contexto de "Obediencia" que la presencia de Dios se manifestara y vendrá a morar en el Tabernáculo (40:34). Esto nos recuerda un principio en la Palabra de Dios; no podemos pretender la aprobación de Dios y su bendición, si no le obedecemos. La presencia de Dios se manifiesta donde su voluntad es obedecida y temida. El viene a morar en las vidas de aquellos que le honran con la obediencia. 

El pasaje nos hace mención que una vez levantado el Tabernáculo una nube lo cubrió y la gloria de Jehová lo llenó, y mientras la nube estaba sobre él, Moisés no podía entrar (40:34-35), a través de esta nube que cubría el tabernáculo Dios guiaría a su pueblo, mientras la nube se mantuviera sobre el Tabernáculo ellos no debían moverse, y cuando esta se levantaba, ellos emprendían el viaje, de esta manera vemos como Dios como el general de su pueblo determinaba sus pasos (40:36-37). 

Nosotros ya no contamos con una nube, pero tenemos algo mas seguro que es la misma presencia de Dios, morando en nosotros, Dios ahora ya no ha venido a morar en un Tabernáculo, sino viene a morar a través de la presencia de su Espíritu en la vida de todos aquellos que le han obedecido, habiendo aceptado y creído en su Hijo, de esta manera han obedecido a Dios, pues solo a través del Señor Jesús podemos ser aprobados por Dios. 

De la misma manera que los hijos de Israel tenían que esperar que la nube les indicara que debían moverse, nosotros debemos buscar que a través de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, El nos permita vivir bajo su control y guía, para que andemos en esta vida no a la deriva, sino bajo la dirección de aquel que conoce el camino, el cual nos lleva a aquella patria celestial que se nos ha prometido.


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